sábado, 2 de noviembre de 2013

EL RACCORD


Cuando hablamos de Raccord nos referimos a la continuidad (visual, auditiva, luminosa, de atrezzo, etc.) necesaria para que una película (rodada de forma fragmentada) mantega una continuidad natural cuando estamos viéndola. 

Como en el cine las secuencias se dividen en planos y los planos son rodados teniendo en cuenta un orden lógico de producción, es necesario que al menos una persona se encargue de mantener el raccord (continuidad) entre cada plano. 
El script (o la script) es una especie de secretario de rodaje encargado de los códigos de tiempo y de la continuidad visual y auditiva. Por ejemplo, si un personaje tiene los brazos en alto, el siguiente plano deberá mantener los brazos en alto. Casi siempre surgen los problemas en las escenas en las que los personajes están comiendo, bebiendo o fumando. Es complicado mantener la continuidad al detalle porque hay que hacer diversas tomas y es comprensible que el cigarrillo se consuma o que la bebida y la comida disminuyan su tamaño. 
En cualquier caso, si conseguimos que el espectador esté atento a la historia, estos fallos mínimos pasan desapercibidos. Sin embargo, si el espectador se aburre, por ejemplo, con un guión sin fuerza dramática que ayude a avanzar la historia; es seguro que el espectador notará cualquier fallo de raccord, como sucede en la aburrida película de Marc Lawrence Tú la letra, yo la música (Music and Lyrics)
En esta película hay una conversación en una cafetería. Es tan innecesario el diálogo para la trama, que el espectador puede dedicarse a buscarle errores. Había muchos, comenzando por la doble de Drew Barrymore (mucho más delgada), la muffin que se come Hugh Grant, que a veces tiene dado un pellizco y a veces aparece nuevamente entera; y más cosas que dejo a los demás que descubran. 
Extraído de:

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