viernes, 28 de enero de 2011

El fotógrafo sin cámara. Adam Fuss

Las casualidades terminaron por convencer a Adam Fuss de que su cámara fotográfica no era necesaria para fotografiar. A los 28 años de edad el artista exhibía una fuerte reacción contra "la cultura fotográfica dominante, tecnológico-consumista". Odiaba que una lente se colocara entre él y la realidad. Así, cuando tras un accidente se quedó sin su Reflex, volvió a las básicas cámaras estenopeicas y de ahí pasó a dejar por completo de lado la tecnología para encerrarse en el cuarto oscuro, con papel fotosensible y un foco de luz.
En esas largas jornadas en la oscuridad de su estudio trabajó con la exposición a la luz, creó fotogramas enormes espolvoreando polvos de talco sobre papel fotográfico y colocó culebras encima, que imprimieron las huellas de su paso. Incluso descubrió, de nuevo la casualidad, las propiedades del agua para crear imágenes, como sus famosas imágenes de círculos concéntricos.
Poco a poco fue incluyendo más culebras, que se enredan y retuercen, que hacen dibujos abstractos, que simbolizan "el estado puro de la vida", según contaba ayer el propio Fuss (Londres, 1961) en la sede de la Fundación Mapfre en Madrid, al hilo de su primera retrospectiva en España, con 50 piezas, abierta hasta el próximo 17 de abril.
Si hasta el momento no había quedado claro que este inglés es el fotógrafo contra la fotografía, que quiso cambiar su relación con las técnicas tradicionales y la dependencia de un laboratorio de color, hay que insistir además en el hecho de que esos papeles impresos por el paso de la luz son copias únicas y a escala 1:1. Esto quiere decir que el fotograma de la niña desplazándose sobre una pequeña cantidad de agua bajo una intensa luz dorada, que le encargó un amigo sobre su hija pequeña, es de tamaño real.
Es más, en la era de la imagen elevada a la reproducción infinita, ni una sola de las suyas se repite. Todas las imágenes que produce son únicas, no hay más, no puede haber copias porque no hay un archivo digital o un negativo que se reproduzca hasta la saciedad.

Fotos increíbles

"Como cualquiera de nosotros, llegó un momento en el que había absorbido millones de imágenes, y opté por abusar de las posibilidades de una cámara hasta que no me hizo falta. La mediación debo ser yo, no una cámara industrial", declara el artista. De todas maneras, también ha creado imágenes con el escáner y por ello se declara como "infiel a una manera concreta de hacer fotografía". Como si tal cosa, explica que sólo busca fotos "increíbles", imposibles de hacer con una cámara.
La sala de la Fundación Mapfre es oscura, tenebrista, perfecta para el relato misterioso de estos fotogramas extraídos del capricho de las sombras y la memoria. Adam Fuss es un creador de sentido simbólico y metafórico. La última década ha seguido introduciendo objetos en sus impresiones, como faldones de bautismo, mariposas transparentes, penachos de humo, en fotogramas y, sobre todo, daguerrotipos. Precisamente, la muestra incluye Home and the World, de 60 x 96 centímetros, el daguerrotipo más grande de la historia.

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